Wednesday, January 3, 2007

UN TIPO CON SUERTE

Era más de medianoche.
La calle
estaba completamente vacía.
El sonido de mis pasos
hacía más miserable
mi soledad.
Pero al dar vuelta en una calle
un perro me saltó de frente,
era enorme y negro,
era un maldito lobo perdido en la ciudad
y lo primero que pasó por mi mente
fue:
una feroz lucha por
arrebatarle
del hocico
mi masticada pierna
mientras me desangraba
sin nadie cerca
que me ayudara
o
siquiera
que se quedara mirando el espectáculo.
Sin embargo,
el animal me observó
con una mirada tan brillante y serena
como la redonda luna
que pendía del cielo.
Y
meneó la cola,
se acercó lentamente
y
olfateó mi pantalón;
no había rastro de maldad
en ese hermoso animal,
entonces,
continué mi caminata,
con el perro a mi lado.

1 comment:

Juanita Alimaña said...

pinches prejuicios diría yo!! es lo malo de ver y no observar...así nos pasa con la mayoría de las personas jijiji...que cada que veo a un perrillo llamado el C. me dan ganas de patearlo JAJAJA